1) Percepción vs. Realidad
Asegúrate de que tu estrategia inicial sea la apropiada para cumplir con tus objetivos. Muchas veces, por estar concentrados en el día a día, olvidamos hacer una pausa para revisar que estamos siguiendo la ruta indicada. En esa medida, es importante confirmar que el plan trazado sigue siendo el apropiado para alcanzar los mejores resultados. Algunos interrogantes que valdría la pena hacerse son los siguientes: ¿la estrategia de comunicación actual está alineada con los objetivos de la organización? ¿Sigo priorizando en las audiencias clave de manera apropiada? ¿Sigue siendo una estrategia creativa e impactante que protege y aporta valor a la compañía?
2) Coherencia en el mensaje
Si bien los logros corporativos son importantes, también es necesario resaltar que el público objetivo necesita saber cómo una compañía les puede beneficiar. El mensaje varía en función del tipo de público. A los consumidores les interesa saber cómo tu empresa satisface sus necesidades. En cambio, a un ente gubernamental o público, probablemente le interese más un mensaje dirigido al ciudadano o usuario, más desde el punto de vista de la divulgación o la concienciación.
3) Rigor en el análisis
La imagen de marca de tu empresa depende de las opiniones de múltiples grupos de interés: desde empleados e inversores, hasta periodistas, clientes y la propia comunidad. Antes de construir mensajes para tus audiencias, no cometas el error de adivinar cuáles son sus intereses. Es fundamental desarrollar herramientas de medición y análisis que puedan medir la reputación de tu empresa con tu comunidad para tener mayor confianza al momento de abordarlas. Independientemente del tipo de público que quieras abordar, la investigación te permitirá evitar una retroalimentación sesgada y sin fundamentos sólidos. Hoy en día existen muchas encuestas o preguntas en las diferentes redes sociales que te pueden ayudar a conocer los gustos y necesidades de tu audiencia.
4) Construcción de confianza
Para asegurarte de que tus grupos de interés se conviertan en aprobación de la marca, tienes que lograr un balance entre la construcción de reputación y la confianza hacia ellos. Las audiencias son mucho más receptivas a ser «embajadoras» de una compañía si tienen confianza en ellas, más allá de serlo por tener un buen valor de marca. Al incrementar el nivel de confianza, es posible convertir a los grupos de interés en aliados clave, algo que no puede lograr únicamente la reputación. Además convertirles en embajadores/as hará que hablen de la marca y el producto como si fuesen parte de, cosa que aportará muchísimo valor a la estrategia comunicativa.
5) Impacto apropiado
Tener claro acerca del cómo, cuándo y dónde es importante. Conectarse con las audiencias define, en gran medida, el éxito de tu estrategia. En vista de que cada mercado es diferente, es importante saber llegar a cada público pa cumplir con los objetivos de negocio y de comunicación. Puede ser interesante empezar identificando aquellos individuos con el mayor potencial (influencers con engagement, visualizaciones, interacciones, seguidores…) para influenciar y comunicar. Esto te permitirá implementar un plan para fidelizarlos recurrentemente. Puedes empezar este ejercicio haciendo una lista de los influencers más representativos por cada uno de tus grupos de interés; en paralelo, puedes desarrollar un estudio en profundidad que comprenda el escenario global, nacional y local en el que participan.