1. Carmen, tú que tienes dos hijas ¿qué valores sociales te gustaría que encontrarán tus hijas?
Los mismos que mi hijo. Lo que realmente me gustaría es que ni siquiera se parasen a pensar que por ser mujeres van a tener que pelear más o se les va a reconocer menos; eso significaría que hemos alcanzado la meta. Luchar para dejar de hacerlo pronto; ese debe ser nuestro objetivo.
2. ¿Qué ventajas e inconvenientes has encontrado por el hecho de ser mujer?
Te tengo que ser sincera: yo nunca he encontrado inconvenientes por ser mujer, ni tampoco ventajas. Me he esforzado mucho, he trabajado sin descanso y me he preparado para poder trabajar en lo que me gustaba. Eso sí, he podido disfrutar de la mayor de las ventajas: engendrar tres niños preciosos. Solo por eso volvería a ser mujer en tantas vidas como tuviera.
3. ¿En tu carrera de periodista y presentadora has notado alguna enemistad o envidia por el hecho de ser mujer?
Definitivamente no. La gente envidia la espontaneidad, la naturalidad y el éxito, independientemente del género de quien los tenga. Aun así, siempre me he considerado más admirada por mis colegas que envidiada, tal vez porque saben que mi finalidad nunca ha sido quitarle el puesto a alguien sino todo lo contrario, procurar que todos brillen para brillar con ellos.
4. ¿Cuáles serían tus propuestas para poder conciliar mejor la vida laboral y maternal?
Es que eso depende mucho de cada trabajo. Yo he podido trabajar hasta el último día de mis embarazos y reincorporarme enseguida. Y ahora mi trabajo también me lleva lejos de casa, pero en contraprestación tengo muchos días para estar con ellos que otros no tienen por sus horarios fijos. No tengo alma de política, así que eso debería contestártelo alguien que sí la tenga.
5. ¿Qué mujer/es ha/han sido tu inspiración en la vida y por qué?
Mi madre, mi madre y mi madre. Solo con su ejemplo me ha bastado. Se quedó viuda con veintipocos años y con tres hijos pequeños. Trabajaba muchísimo, pero también tenía tiempo para nosotros. En eso me recuerda mucho a mí: llego a todo y no sé ni cómo lo hago. Nos dio la mejor de las vidas sin que ninguno de los tres fuéramos conscientes del duro esfuerzo que ello le suponía.